jueves, 21 de junio de 2012

Carta de la Tierra

"La Tierra es una pero el mundo no lo es. Todos dependemos de una sola biosfera para el sustento de nuestras vidas. Sin embargo cada comunidad, cada país, lucha por su supervivencia y prosperidad con poco interés por el impacto que cause a los demás. Algunos utilizan los recursos de la Tierra a un ritmo tal que dejarían poco para las futuras generaciones. Otros, en proporción aún mayor, consumen demasiado poco, y viven con un panorama de hambre, miseria, enfermedad y muerte prematura". Pedimos prestado (tomamos) capital ambiental a las futuras generaciones sin intención ni posibilidad de reintegrárselo... Actuamos así porque sabemos que no seremos sancionados: las futuras generaciones no votan, no tienen poder político ni financiero".

http://es.wikipedia.org/wiki/Carta_de_la_Tierra

Esta es una especie de Constitución de la Tierra. Fue redactada hace bastantes años. Sin embargo, nadie que yo conozca sabe de su existencia. Yo misma me enteré de pura casualidad. Estas son la últimas palabras de la constitución de la tierra. No entiendo porque parece ser tan dificil cumplirla. No es dificil. Es una elección.

Que el nuestro sea un tiempo que se recuerde
por el despertar de una nueva reverencia ante la vida;
por la firme resolución de alcanzar la sostenibilidad;
por el aceleramiento en la lucha por la justicia y la paz;
y por la alegre celebración de la vida.

viernes, 8 de junio de 2012

el movimiento mínimo

Todos los lugares tienen sus pros y sus contras.
Los estados también.
Todo movimiento, toda búsqueda cuyo objetivo primario sea encontrar la felicidad está destinada al fracaso. O, para decirlo en términos de menor intensidad, es tarea infructuosa. La felicidad se trata siempre más de algo del aqui y ahora.
La búsqueda, las mudanzas, los movimientos, los viajes, tienen un valor inconmensurable, y creo que es verdad que el paisaje exterior modifica el paisaje interior. Pero el valor del viaje se da al realizarlo con sorpresa, sin saber lo que se va a encontrar en el recorrido ni mucho menos en el punto de llegada. El valor es la aventura. Y estos viajes, que son físico-espirituales, tienen la grandeza de enseñar (a aquellos que viajan con sorpresa) que no se vuelve al mismo punto nunca, que la mejor manera de viajar la vida es hacerlo así, en estado de aventura, aqui, y ahora.